La transformación necesaria para todos, mejor con millennials

A día de hoy la palabra millennial y la gestión del compromiso de las distintas generaciones que conviven en las empresas son temas bastante manidos en el discurso social y empresarial. ¡Atentos que todavía está por llegar al mundo laboral la generación Z (algunos/as seguro que ya los tenéis en vuestras casas)!

Algunas cifras sobre el fenómeno millennials a mí me sorprenden habida cuenta de la profunda crisis de empleo en la que vivimos al menos en nuestro país. Se llega a afirmar que en 2025 supondrán el 75% de la fuerza de trabajo, quizás cifras muy condicionadas por el mercado estadounidense. En todo caso, es cierto que muchas de las grandes empresas españolas están viéndose con este fenómeno de frente.

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Hay bastantes referencias que abordan el tema de si realmente existe una brecha generacional en términos de expectativas y formas de pensar y de entender la relación con la empresa. No quería volver a recoger en este post las diferencias generacionales que todos más o menos conocemos.

Dejo aquí algunas de ellas que me parecen interesantes para vuestra reflexión.

Las dos primeras nos dan buenas pistas de qué define y qué no las expectativas de esta generación y si hay o no diferencias respecto a otras con las que conviven. La última, de Miguel Ángel Rodríguez Oller (Strategy & Executive Communications Leader en IBM), es una brillante reflexión que me lleva a plantearme una reflexión/pregunta:

¿Debemos considerar que la creciente incorporación de los millennials es la razón para cambiar nuestras estrategias de gestión del compromiso o debemos considerarles como la palanca necesaria para transformar internamente nuestras empresas y ser más consistentes con los modelos de relación que hay fuera, en la sociedad?. Reformulo: ¿es a ellos a los que tenemos que gestionar de otra forma o son ellos –con la diversidad que representan- los que pueden impulsarnos y ayudar a cambiar y gestionar de otra forma nuestras compañías?; ¿los gestionamos a ellos o gestionamos para ellos?

Yo creo que más que pensar en cómo les gestionamos deberíamos pensar en cómo ellos nos ayudan a cambiar. Creo que así lograremos las dos cosas.

Dejo aquí para vuestra reflexión (y si es posible para que los comentéis) alguno de los retos que ya se “eternizan” de la necesaria transformación de las empresas y que debemos asumir si queremos ayudar a la integración de esta generación y sobre todo si queremos ayudarnos a nosotros mismos.

Millennials es sinónimo de más pensamiento social
–más interés por el impacto de lo que la organización  hace en la sociedad y más interacción social (interna y con la sociedad)-

La gestión de Reputación
como factor de diferenciación de las organizaciones no termina de ser gestionada de forma trasversal en las empresas. Este reto acabará por desbordar a los CEOs cuando también la presión desde dentro se imponga.Los programas de “embajadores de marca” trabajan sobre este reto y ya muchas organizaciones los acometen. ¿Seremos capaces de que esta iniciativa se emprenda con una visión integral, o será patrimonio del área que la emprende?
Millennials es sinónimo de dominio tecnológico vinculado a un acceso casi inmediato a información desde distintas fuentes.
La digitalización del negocio, de las relaciones internas y la comunicación tiene recorrido de mejora
. Transformación digital es mucho más que adoptar una tecnología, es una forma de pensar; es una manera de entender y definir la marca, el marketing, el contenido, la relación con el cliente, los procesos y la gestión. Lo hacemos para que el cliente se sienta mejor tratado, saber más de él y venderle más.Internamente, prima muchas veces la visión “temerosa” sobre la viralidad del mensaje. Las opciones que ofrece la tecnología para «abrir» los espacios de trabajo y hacerlos más porosos son amplias y no se observa la misma velocidad y porosidad que ya se registra en el mercado, entre clientes
Millennials buscan feedback inmediato, consejo, diálogo, …
La madurez necesaria en la línea directiva para asumir un liderazgo más próximo y la exigencia de las organizaciones para requerirlo son también una asignatura pendiente
. Es preciso trabajar más al servicio del equipo y no mirar tanto hacia arriba.

¿Cuál es mi conclusión? Los retos que nos plantean los millennials y su gestión eficaz son en gran medida retos que ya teníamos identificados y pendientes. Por tanto, si la presencia de los millennials sirven para que los afrontemos de una vez, bienvenidos. Sea por ellos, sea por todos.

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